Caldas.com

Es inevitable pensar en ese desagradable olor; me repugna, es más, me espanta al igual que a la mayoría de los seres humanos, ese putrefacto aroma.
Cada vez que salgo de la universidad debo transitar por un lugar al que llamaremos “Barrio Triste”, a Barrio Triste lo llamo así no porque triste sea el sustantivo, sino porque más bien este es su perfecto adjetivo, pasar por allí se siente tan gris, tan neutro; es como si caminar esos 100 metros fuera lo peor de la vida, pero la realidad es otra, el barrio no es peligroso, es feo, se ve feo, pero el motivo de todo esto, es el basural que allí encontramos, en una de sus esquinas a toda hora, cualquier día, es imposible que esta no esté llena de basura, parece Moravia en sus tiempos de zozobra, no sé si es que el carro recolector no pasa por ese lugar, o si los conductores de esos móviles le temen a los gallinazos y a los habitantes de calle que allí mantienen, pero no es justo ni con los habitantes de ese barrio, ni con nosotros, las personas que a diario debemos pasar por allí y llevarnos siempre la misma impresión de ese lugar, el sitio con una de las peores vistas de toda Caldas.

No lo debo nombrar, pero me carcome este instinto de periodista por informarlo todo con datos exactos y objetivos, pero soy fuerte aunque no tanto como las esperanzas que mantienen los habitantes de Barrio triste cada día, esperando a ver si suena ese pito característico de los carros de basura del municipio, ¿o es que me equivoco al hablar en plural?, ¿si serán más de uno?, bueno esa pregunta se las dejo para que se las indaguen a las administraciones de Caldas.
No puedo aguantar más, les daré una pista: esta esquina queda en un terreno baldío y a solo tres cuadras del parque principal, ¿ya me van cogiendo el ritmo? Este lugar es propicio para ir a conseguir los enseres de la casa. Hay de todo; muebles sin cojines, ventanas sin vidrios, zapatos sin suelas, medias rotas, sobrados de comida para los más exigentes y por supuesto un exquisito bufete, propicio para la alta alcurnia compuesto por ratas, gallinazos, cucarachas y las tan prestigiosas palomas, que no dejan de asistir a ningún evento de tal talla.
Basta, ya no le quiero dar más rodeo a tal asunto, la principal pista que les daré antes de decidir si les revelo la ubicación, es que aquel lugar es el hogar de Mazo, histórico y peculiar personaje propio de la historia Caldeña y símbolo de la cultura municipal, ojalá este artículo no lo lea algún Policía porque de pronto van y desalojan el lugar y le quitan los muebles a "Mazito", si aún no saben de lo que hablo es que usted, querido lector, no es del municipio, pero lo voy a informar bien, ese desagradable lugar es la entrada principal del Barrio Las Margaritas, increíble, usted se dirá a sí mismo: -pero si ese lugar queda en la mitad de dos escuelas de niños. Eso es para que vaya viendo la gran paradoja en la que vivimos los habitantes del municipio; pero eso no es para alarmarse, si “otras” ciudades vienen y nos tiran a sus habitantes de calle como si fueran monstruos, mientras ellos tan campantes siguen desarrollándose, no sería de extrañarse si también vienen y nos tiran su basura.
Bueno, mientras ningún Caldeño se queja, ni hace nada por cambiar la situación yo seguiré acá escribiendo. Iré a esa esquina a ver si me encuentro un lapicero para seguir elaborando escritos, ¡quién sabe!, quizás ese día les lleve el carro de la basura.

Me siento inconforme, casi que contestatario, pero también la euforia se apodera de mí al darme cuenta que sí he valorado este pensamiento arcaico, anécdotas idílicas y heroicas que fueron asiduas en su tiempo. ¡Los abuelos no se pueden desasistir!, no tolero este comportamiento decisivo de algunas personas que llevan a estos seres ancianos y a la vez infantes a un “centro de abandono”, como los llamo yo, con toda su parafernalia y con la simple disculpa: “No tengo tiempo para cuidarlo (a)”.
Comienzo este escrito con mi óptica frente a este acto de crueldad que se está convirtiendo en una pérfida modalidad familiar en todo el mundo. Teniendo en cuenta que una de las principales causas para que se lleve a cabo el abandono, es que el adulto mayor ya no posea una vida laboral útil y comience a generar gastos. Situación que aburre y causa tensión a los seres queridos o personas que están al cuidado de este.
Para darle validez a lo antes dicho y estando inconforme, pienso que el abandono que sufre la tercera edad es una dinámica que se vive a diario, son innumerables las historias que existen sobre el abandono, desplazamiento o el destierro del núcleo familiar.

No obstante, deberíamos ponernos en los zapatos de estos personajes que son víctimas del encierro por parte de sus más allegados. Estos al sufrir una ruptura con las personas más cercanas tenderán a sentirse irrepudiables, sin valor alguno, hasta el punto fatídico y constante de mejor entregarle su vida a la muerte. Es una cuestión que nos ataña a todos, pensaría, ya que no estamos libres de llegar a la vejez y todos queremos llegar a esta de buena manera, en compañía de toda la familia y con buena salud para el disfrute de los últimos años de vida. Por ello, hagamos que disfruten, aprendamos de ellos y dejemos que vivan felices.

Diferentes enfermedades se apoderan de los ancianos en cierta edad (el Alzheimer, demencia senil, mal de parkinson, entre otros), lo que les dificulta volver a disfrutar gratos momentos con su familia. Esto los lleva a decaer sicológicamente y al aislamiento con sus seres queridos, ya que empiezan a pensar que son solo un estorbo sin función alguna dentro del vínculo familiar.

Otro caso frecuente, y sé que no soy infalible, es cuando la familia se apodera de los bienes materiales del anciano aprovechando su fragilidad, falta de memoria o dependencia. Mi impotencia frente a este “asalto”, como lo llamaría, es exorbitante y no tiene perdón, pero sé que naturalmente esto tendrá castigo más adelante ya que “Dios perdona, nosotros a veces perdonamos, pero naturaleza nunca perdona”, dicho frecuentado por un viejo maestro de matemáticas que tuve en el bachiller y el cual enfatizo.

Pero las autoridades también deberían actuar debido a todo esto y por lo menos un reciente fallo de la Corte le da herramientas al Estado para pedir sanción contra hijos o nietos irresponsables. Llegar a la edad dorada es un gran anhelo en algunas sociedades donde se les rinde culto por su sabiduría y experiencia; pero en la nuestra, muchos padres y abuelos van a parar al rincón del olvido. Solo la caridad de terceros o la mano del Estado se tienden para darles un pequeño apoyo, mientras el abandono a manos de los suyos es cada vez más creciente.
Por consecuencia, como lo connote al principio, las familias pierden un miembro importante y clave para continuar con el aprendizaje y sabiduría que se da en forma empírica por estos, denotando un estereotipo erróneo cultural que perjudica el núcleo familiar de generación en generación.

Siento alegría al ver que los habitantes de Caldas tienen envidia y es que todo depende del contexto en el que se observe, es envidia pero de la buena, es un sinónimo de hermandad, de ansiedad por ayudar a los que lo han perdido todo, y con ese todo me refiero al vital liquido mal-llamado agua, porque yo la llamo “vida”, ya que nuestra existencia depende de ella.
¡Caldas, envidiosa! Envidiosa de ciudades como Medellín, Cali y Bogotá, que han hecho labores de recolección de agua para nuestra hermosa Guajira, sí, Caldas tiene envidia, pues ahora es nuestro pueblo quién está ayudando a reunir pequeños litros de vida hasta botellones de ella, un total de más de 10 botellones de agua, más de 140 pacas de bolsas con 20 unidades c/u y más de 300 bolsas de 5

litros han sido recogidas entre estos dos días, para así enviarlas mañana 2 de agosto a las 3:00 pm al barrio El Poblado en la ciudad de Medellín, para que luego con el apoyo de la Fuerza a reunir pequeños litros de vida hasta botellones de ella, un total de más de 10 botellones de agua, más de 140 pacas de bolsas con 20 unidades c/u y más de 300 bolsas de 5 litros han sido recogidas entre estos dos días, para así enviarlas mañana 2 de agosto a las 3:00 pm al barrio El Poblado en la ciudad de Medellín para que luego con el apoyo de la Fuerza Aérea sean transportadas hacia la cuna de la sequía, todo esto con ayuda de un pequeño grupo formado por más de 15 jóvenes residentes del municipio ubicados en el parque principal, ayudando a recibir y a organizar las generosas donaciones que yo como espectador tengo la certeza de que fueron donadas por la comunidad. Ellos, amigos de barrio, estudiantes de universidades y amigos de redes sociales nos manifiestan que no han tenido apoyo por parte de ninguna entidad de la Alcaldía de Caldas, solo los bomberos del municipio les iban a brindar su apoyo de no ser por el inconveniente presentado a última hora por un incendio al que tuvieron que atender, este grupo de jóvenes conjunto a otros ubicados en el municipio de envigado sostienen con esmero esta gran y solidaria labor.

El único inconveniente que se les ha presentado fue que ayer un político confundido, pensó que el agua recogida sería solo para los animales, desconociendo que este proyecto también es para la ayuda de las personas en la Guajira, además les faltó al respeto expresándoles que este no era un juego para niños.

Caldas.com

¡DEPLORABLE SITUACIÓN SE VIVE EN BARRIO TRISTE!

VICTIMARIOS DE UN ABANDONO A PENSAMIENTO ANCIANO.

¡CALDAS, ENVIDIOSA!